La crianza en los procesos adoptivos

8 de Septiembre de 2022
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La adopción es una medida de protección a la infancia que evita la institucionalización de niños y niñas que han sufrido situaciones traumáticas relacionadas con la desprotección. De esta forma, pueden experimentar una nueva relación familiar parental y marental, esta vez bajo la protección y la vinculación que todo niño o niña tiene derecho a sentir.

Que la adopción supone las mismas responsabilidades y deberes que la parentalidad biológica, es sabido. Por ello habrá que contemplar aquellos aspectos característicos del proceso evolutivo de cualquier niño o niña, prestando atención a lo que sucede en cada etapa del ciclo vital: primera infancia, etapa escolar y adolescencia.

Así pues, como padre y madre adoptivo debes tener siempre presente que tu hijo o hija va a atravesar estas fases, como cualquier otro ser humano, independientemente de lo sucedido previamente a la adopción. Por tanto, hace falta prestar atención a que esto va a suceder, haciéndolo desde una mirada de curiosidad por tu parte, procurando estar atento y atenta a sus necesidades.

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Algo que no suele estar “encima de la mesa” es el hecho de conocerte a ti mismo como padre o madre; tú también has tenido una familia, has atravesado etapas evolutivas, y tienes tu repertorio de aprendizajes y emociones. Te recomiendo que te observes con frecuencia, y reflexiones cómo pueden estar influyendo en la crianza que tienes o que quieres tener entre manos.

La característica especial de la adopción es que, a lo comentado en las líneas anteriores se le suma el daño emocional que esa persona menor de edad trae consigo, debido a estar expuesta a situaciones traumáticas, ya que será preciso ir conjugando aquellos aspectos relacionados con su identidad conforme vaya creciendo. Como padre o madre adoptivo, tienes la responsabilidad de ocuparte de este aspecto. En este artículo te ofrezco una “vista panorámica” de lo que te vas a encontrar en un proceso adoptivo; será en otro artículo que se publicará más adelante donde encontrarás estrategias más concretas para poder manejar esta circunstancia.

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Así pues, ¿qué es el trauma?
El trauma es el conjunto de reacciones normales, que tienen las personas normales ante sucesos insólitos o anormales (Frank Parkinson, 1993). Muchas reacciones que vemos en niños, niñas y adolescentes víctimas de trauma pueden parecernos “no normales”. En realidad, lo que vemos son los síntomas consecuencia de haber pasado por algún acontecimiento que sufrió cuando no estaba preparado o preparada para ello (porque era demasiado pequeño o pequeña, porque el suceso era muy dañino, etc.). Su sistema nervioso quedó atrapado en la desprotección, en el miedo intenso, en algo incomprensible en ese momento. Cuando pensamos en trauma, tendemos a pensar en hechos de maltrato evidentes (golpes, abuso, exposición a consumo de drogas y/o violencia...). Menos frecuente es pensar en otro tipo de circunstancias, que también son traumáticas si se repiten de forma cotidiana: restar importancia a sus sentimientos cada vez que buscan apoyo emocional, dejar “que se defiendan solos y solas” cuando necesitan la protección y la seguridad de la persona adulta de referencia, tener que asumir una autonomía que no le corresponde por edad (cuando es la única forma de recibir atención), ser lo o la confidente o el paño de lágrimas de las personas adultas, privarle de jugar, etc. Cualquiera de estas situaciones suele ir acompañada de una falta de asunción de la responsabilidad del daño por parte de las personas adultas de referencia (madre, padre, abuelo, abuela, tíos...), lo que deriva en que ese niño, niña o adolescente acabe cargando con ella en forma de culpa y vergüenza, emociones que están detrás de la ira o de la tristeza visibles, por ejemplo.

Así pues, como madre o padre adoptivo, o si estás pensando en adoptar, es necesario que conozcas lo que supone esto para esa persona a la que le vas a dar una familia, y para ti, pues te estarás enfrentando a algo nuevo que hace falta saber manejar, para que no aparezca tan fácilmente la frustración y te sientas con la mayor seguridad posible para manejarlo. 

Sandra Gómez López
Ha sido psicóloga del Programa de Adopciones Especiales, actualmente es terapeuta en el Programa de Intervención con Niños y Niñas Víctimas de Violencia de Género, terapeuta y coordinadora del Programa de Intervención con Mujeres Víctimas de Abuso y Violencia Sexual y del Programa de Intervención con Niños, Niñas y Adolescentes Víctimas de Abuso Sexual de la Fundación Meniños.

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