En comparación con padres y abuelos, los niños y niñas de hoy en día pasan cada vez más tiempo en entornos que, además de
limitar la actividad física, exigen estar sentados durante largos períodos de tiempo. Las escuelas, los hogares y los espacios públicos, fueron (y continúan siendo) diseñados de manera que minimizan el movimiento humano y la actividad muscular.
Los
comportamientos sedentarios fueron considerados como un
problema de salud pública porque afectan, negativamente, al desarrollo de niños y niñas, tienen efectos negativos sobre su salud presente y futura y son altamente prevalentes en las sociedades actuales.
Estos y otros cambios, tienen un doble efecto en el comportamiento humano: los niños y niñas se mueven menos y dedican más tiempo a actividades sedentarias, como usar el ordenador, visualizar pantallas, estar sentados, actividades escolares sedentarias, etc.
Estos y otros cambios, tienen un doble efecto en el comportamiento humano: los niños y niñas se mueven menos y dedican más tiempo a actividades sedentarias, como usar el ordenador, visualizar pantallas, estar sentados, actividades escolares sedentarias, etc.
En general, el comportamiento sedentario se refiere a cualquier
comportamiento de
vigilia caracterizado por un
gasto de energía muy bajo como el que se produce cuando los/as niños/as están sentados/as, reclinados/as o acostados/as.
Reduciendo el tiempo sedentario de nuestros niños y niñas, estamos contribuyendo a:
- Mejorar la forma física y mantener un peso saludable.
- Facilitar un mayor desarrollo de habilidades sociales.
- Mejorar el aprendizaje y la atención, el comportamiento y el rendimiento escolar.
- Mejorar las habilidades del lenguaje.
- Mejorar la autoestima.
Al no pasar tanto tiempo sentados, en la casa o jugando solos con tabletas, consolas u otras pantallas, tienen más tiempo para divertirse con sus amigas o amigos y para aprender nuevas habilidades.
Recomendaciones de sedentarismo y tiempo de pantalla para la población de 0 a 17 años:
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Menores 5 años:
- Minimizar el tiempo que pasan sentados en las sillas cuando están despiertos a menos de una hora sucesiva.
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< 2 años: no se recomienda pasar tiempo delante de una pantalla.
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2-4 años: el tiempo de pantalla debería limitarse a menos de una hora al día.
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Entre los 5 y los 17 años:
- Reducir los periodos sedentarios prolongados y
fomentar el transporte activo y las actividades al aire libre.
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Limitar el tiempo de uso de
pantallas con fines recreativos a un máximo de dos horas al día.