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Autor:
Xanela Aberta á Familia
Los trastornos del sueño están muy presentes en nuestra sociedad y, junto con la fatiga, pueden afectarnos en diferentes esferas entre las que destaca el ámbito laboral.
Y es que este tipo de trastornos está relacionado con una disminución del rendimiento individual y la productividad; así como la generación de situaciones negativas que pueden perjudicar el ambiente laboral y las interacciones con los compañeros.
Además, se estima que la relación entre la fatiga y las habilidades físicas y cognitivas de los trabajadores, es la causante de un alto porcentaje de los accidentes laborales y de circulación.
Sin embargo, no solo el sueño interfiere con nuestra vida laboral; también nuestro empleo puede interferir con un correcto descanso:
- Tener que rotar entre turnos diurnos y nocturnos perturba los ritmos naturales del cuerpo, dificultando conciliar el sueño o permanecer dormido.
- La sobrecarga de trabajo, especialmente cuando requiere un alto esfuerzo mental, genera fatiga, tensión y dificultad para relajarse, perjudicando la conciliación del sueño.
- Situaciones como falta de control sobre el trabajo, inseguridad laboral, apoyo social inadecuado o desequilibrio entre esfuerzo y recompensa poden causar tensión, ansiedad e insomnio.
- Problemas como lumbalgias, cervicales o tendinitis suelen empeorar durante la noche e interferir con el sueño reparador. Son frecuentes en trabajos con posturas forzadas.
- Trabajos emocionalmente demandantes: aquellos que requieren regulación emocional constante o implican exposición a experiencias traumáticas, como en personal sanitario, bomberos o policías
Todos estos factores pueden incrementar el riesgo de presentar insomnio u otros trastornos del sueño en los trabajadores.
El sueño es un estado fisiológico de autorregulación y reposo del organismo, por lo que es importante respetarlo y conseguir sueño de calidad para poder mantener un correcto estado de salud, si no corremos el riesgo de experimentar una de las siguientes situaciones.
- Disminución del rendimiento: la somnolencia, fatiga, lapsus de atención y deterioro cognitivo por insomnio reducen la productividad laboral.
- Predisposición a una mayor accidentalidad: los trabajadores con deuda de sueño, especialmente en tareas de riesgo como conducir, tienen significativamente más accidentes laborales.
- Absentismo: se observa una mayor prevalencia en trabajadores con trastornos del sueño.
- Aparición de síndromes endocrinológicos: el insomnio se relaciona con resistencia a la insulina, obesidad central y diabetes tipo 2.
- Aumento del riesgo cardiovascular: dormir menos de 6 horas por noche se asocia con hipertensión, cardiopatías, accidente cerebrovascular y mortalidad cardiovascular.
- Predisposición a sufrir o agravar los síntomas de depresión y la ansiedad: la falta de sueño predice el desarrollo de estos trastornos mentales frecuentes en el ámbito laboral.
Consejos para favorecer el sueño de calidad
- Evitar comidas copiosas antes de dormir.
- No consumir cafeína, alcohol y sustancias similares en las horas previas al sueño.
- No utilizar el móvil o la televisión en la cama, pues son activadores del cerebro y dificultan la conciliación del sueño.
- El ejercicio físico regular favorece el descanso
- Adoptar rutinas antes de dormir como acostarse a la misma hora.
- Crear un ambiente en el dormitorio oscuro, sin mucho ruido, cómodo y con una temperatura de entre 18 y 22°C.
- En función de la edad, se debe descansar más o menos horas en rangos que abarcan desde las 16-18 horas para un recién nacido a las 7-8 horas de un adulto.
- Evitar el ejercicio físico hasta 2 o 3 horas antes de dormir.