Alimentación organizada, salud garantizada

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Autor: Xanela Aberta á Familia
 

El concepto de “empresa saludable” incluye aspectos relativos al bienestar de los trabajadores y a la mejora de su estilo de vida, por lo tanto, estará obligada a recoger distintas normas que favorezcan la salud de sus miembros, y entre otros, proporcionar una oferta alimentaria de calidad. Por lo tanto, las máquinas expendedoras, el menú, los productos de cafetería o la prestación de este tipo de servicios, deben ser objeto de atención inmediata. Por otra parte, cada vez es más habitual que los trabajadores lleven comida al centro laboral y la calidad nutricional de dichos productos debería ser también adecuada. En este caso, ofrecemos una serie de recomendaciones de utilidad para optimizar la calidad nutricional del entorno alimentario.

Consejos para la empresa

  • Mejorar la oferta alimentaria de las máquinas expendedoras priorizando alimentos como frutos secos, frutas enteras, pan integral, fruta desecada, bocadillos, etc.
  • Poner a disposición de los trabajadores fruta, zumos y agua para la jornada laboral.
  • Priorizar las técnicas culinarias o preparaciones suaves que favorezcan la digestión y faciliten la continuidad de la jornada laboral.
  • Evitar los alimentos ultraprocesados, y ricos en sal y grasas.
  • Bocadillos de pan integral con opciones vegetales (lechuga, aguacate, hummus de legumbres, queso bajo en sal...).
  • Frutos secos: nueces, avellanas, pistachos, anacardos, etc.
  • Lácteos enteros y desnatados: leche y yogures.
  • Gazpachos y sopas frías.

Sugerencias para las comidas

Elaborar platos fríos y calientes que incluyan:

  • Alimentos ricos en carbohidratos: pasta, arroz, pan, quinoa, maíz, castañas, patata, boniato…. Debe procurarse que los cereales sean de variedad integral.
  • Alimentos ricos en proteína: legumbres, aves, huevo, pescado fresco, en conserva, moluscos, etc.
  • Alimentos ricos en vitaminas y minerales: tomate, aguacate, remolacha, berenjena, setas, judías verdes, guisantes, etc.

Ejemplos:

  • Ensalada de habas, bonito (½ latita), tomates, judías verdes, aceite, albahaca, vinagre.
  • Ensalada de garbanzos, huevo cocido, hojas de espinaca frescas, champiñones, aguacate, aceite, cominos.
  • Ensalada con pechuga de pollo cocida y hortalizas hervidas al vapor: brécol, zanahorias, guisantes, tiras de pimiento rojo, espárragos y patatas, aliñadas con aceite y hierbas aromáticas.
  • Ensalada de pasta integral con gambas, pepino, alcachofas, pimiento rojo, aceite, y nuez moscada.
  • Ensalada de remolacha, patata, pollo y salsa de yogur.
  • Arroz blanco con pisto de calabacín y huevo.
  • Pasta salteada con pollo, avellanas, almendras y crema crema de espinacas.
  • Pastel de carne con berenjenas a la plancha y arroz.
  • Patatas con pescado azul, hervido previamente sin espinas y aliñado en escabeche ligero, y hortalizas.

Recuerda que:

  • La distribución del plato de Harvard (propuesta de reparto diario según categorías de alimentos) ayuda a alcanzar la proporción ideal en las comidas. De forma visual, las hortalizas y fruta deberían ocupar la mitad del plato. La otra mitad debe dividirse entre alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (como la pasta, el arroz, el maíz, el boniato…) y los alimentos ricos en proteína (legumbres, huevos, pollo...).
  • El día anterior puedes preparar las legumbres y hortalizas al mismo tiempo, cociendo en agua las legumbres y encima (con el accesorio de vapor) las hortalizas. Puedes adquirirlas previamente cocidas, con mayor ahorro de tiempo. Las legumbres son ricas en proteínas e hidratos de carbono. Con hortalizas, constituyen un plato completo.
  • Pasar una pechuga de pollo o pavo a la plancha lleva prácticamente el mismo tiempo que incluir en el plato el fiambre de pollo. La calidad nutricional de ambos productos es muy diferente. Por esto, evita los fiambres, embutidos y alimentos preparados.
  • Prepara carne con cebolla, ajo, perejil, pan rallado y huevo. Pica los ingredientes y cuécelo al baño maría. Si lo dejas enfriar, obtienes un fiambre “casero”.
  • Piensa SIEMPRE con criterios de sostenibilidad. Consume alimentos de proximidad y de temporada. Reutiliza lo sobrante.
  • Limpiar, cocinar, separar y enfriar es la base de la seguridad alimentaria. Usa siempre la red de frío y valora los distintos materiales para conservar alimentos.
  • La cocción en agua o en vapor preserva muy bien los nutrientes. Evita los procesos de recalentamiento.
  • Reduce los desperdicios alimentarios, consume lo que necesites y consulta la “fechas de caducidad y de consumo preferente”.
 

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