Depresión en la infancia y adolescencia

Tiempo estimado de lectura: 4 min

La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes. El desconocimiento sobre la depresión en la infancia y adolescencia y la falta de comunicación abierta sobre este tema hacen que la gente joven que necesita tratamiento o sus familias no busquen ayuda.
 
La depresión ya dejó de ser una enfermedad solo de adultos. Actualmente cada vez hay más niños/as diagnosticados/as con trastornos depresivos. Los síntomas de depresión varían según la personalidad del niño o de la niña y la etapa de desarrollo en la que se encuentra.
  
La depresión infanto-juvenil, a diferencia de los adultos, no se manifiesta tanto como un estado de ánimo alterado que el paciente identifica claramente, sino como un conjunto de síntomas variables en función del estado evolutivo. Estos síntomas abarcan desde apatía, irritabilidad, tristeza persistente, alteraciones conductuales (conductas delictivas, agresividad, consumo de tóxicos), hasta retraso del desarrollo psicomotor, merma del rendimiento escolar o aparición de síntomas somáticos (dolor de cabeza, dolor de estómago...), lo que dificulta el diagnóstico.
 
 
60.jpg 
 
Hay distintos grados de depresión:
  • Depresión leve con pocos síntomas que afectan a la vida cotidiana de forma parcial o solamente en algún aspecto específico.
  • Depresión moderada o grave (mayor) se define por la persistencia de un estado de ánimo depresivo o irritable mantenido en casi todas las actividades, la mayor parte del tiempo, durante por lo menos dos semanas. Frecuentemente este estado de ánimo queda enmascarado por otras manifestaciones. La depresión mayor en la infancia y en la adolescencia es un trastorno que representa un importante problema de salud pública, con un gran impacto personal y familiar, y es uno de los principales factores de riesgo de suicidio en adolescentes. A pesar de su relevancia, es un trastorno infradiagnosticado en estas edades, esto se traduce en mayor número de complicaciones y trastornos asociados, así como en un aumento del riesgo de cronicidad o de la aparición de enfermedades psiquiátricas en la edad adulta. El diagnóstico de depresión mayor es clínico, sin que ninguna prueba complementaria o cuestionario por sí solos puedan utilizarse de forma fiable para realizar un diagnóstico individual. El principal método de evaluación es la entrevista con el paciente y sus padres o conviventes, con mayor peso de la información de los padres en los pacientes de menor edad, pero siendo particularmente importante la información allegada por el paciente, y tanto más cuanto cuanto mayor es su edad (en niños/as mayores y adolescentes es aconsejable la entrevista individual).
Recuerda, ante cualquier signo de alarma o duda, consulta con el especialista. 
 
61.png 
 
Información recomendada
  • Urgencias Sanitarias de Galicia, Teléfono 061 · Teléfono 112
  • Teléfono de la Esperanza: 717 003 717 (Atención de crisis) · 902 500 002 (General) 
  • Depresión en la infancia y adolescencia. Guía elaborada por él Grupo de trabajo de la actualización de la Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y la Adolescencia, que coordinó la Unida​d de Asesoramiento Científico-técnico (Avalia-t), de la Agencia Gallega de él Conocimiento en Salud (ACIS) y financiada por él Ministerio de Sanidad.
63.png 
 
 
 

La información para los tuyos, rigurosa

El proyecto RISCAR está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa Interreg V-A España-Portugal (POCTEP) 2014-2020