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Durante la lactancia, la nicotina pasa a la leche materna y le da mal sabor, por lo que el niño lo puede rechazar.
También puede producir una mayor irritabilidad, vómitos, diarreas, hiperexcitabilidade, alteraciones del sueño y cólicos intestinales, lo que hace que el bebé llore más y presente más dificultades para ganar peso.
Fumar acorta el período de lactancia y la producción de la leche es más escasa
Lo mejor que puedes hacer por ti y por tu bebé es no fumar.
Reducir el número de cigarros durante la lactancia no es suficiente. No existe un nivel de consumo seguro, ni de exposición pasiva.
Decídete y acude a tu centro de salud, conoce los beneficios que conseguirás al dejar de fumar para ti y los tuyos.
Los profesionales sanitarios, te ayudarán y pondrán tu disposición información sobre las alternativas disponibles para facilitarte el proceso de abandono
¡¡¡Nunca es tarde para tomar la decisión, ahora puede ser el momento!!!